Informe Mazapán


La primera vez que la vimos pensamos que era de otro planeta. Era la clase de cosa que solo tiene la palabra cosa para ser descripta.

Informe. Mazapán. ¿De qué hablan las gaviotas cuando no vuelan?

Quisimos establecer contacto por los medios habituales. Un gesto, un toque, una palabra, pero la cosa no respondía. O no quería responder.

Símbolo. Palabra.

Comenzó a generarse un rumor entre los habitantes de la rivera. La cosa existía, era imposible no verla desde punto alguno, pero sin embargo nada. La calma se fue rompiendo lentamente.

Notamos que por las calles se extendía como una baba floja, una sustancia blanquecina que se deslizaba lentamente. También notamos que algunas personas empezaron a, digamos, convertirse en parte de la cosa.

Incompetentes.

Diseñamos un operativo en el que intercedió la fuerza cosística de la rivera de Ayacucho para socavar información.
Ahí descubrimos que algunas de las personas reportadas perdidas “estaban parando” con la cosa, como le dicen, o llamandolo más bien por el nombre científico trolicial: estas personas se habían “frecosizado”.

Método. Repetición. ¿Existen leyes gaviotas?

La cosa siguió con su accionar. Como no mostraba conciencia alguna, era imposible determinar si podía ser o no culpable de algo y, por tanto, no juzgable por ser o hacer, lo que sea que hiciera.

No se pudo determinar con precisión cuál era el peligro que de tener a esta cosa entre nosotros, sin embargo, siempre pensamos que, por lo menos, era extraño.

Expertos. Solución.

Así y todo, el sagradísimo comité de la conservaltura fue el encargado de analizar los resultados de los niveles culturales de la cosa, y ante la siempre no respuesta de esta cosa que seguía desparramando baba, se la declaró en condiciones de acatar el pacto social del pueblo.

Finalmente el senado resolvió llamar a plebiscito. El pueblo se expresó.

Moraleja. ¿Saben contar las gaviotas?

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